Relatos con Memoria
Un descanso para el alma

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                  Relatos                                     



Mi encuentro con San Thiago

El  dijo así:

 

Amigos ya escribí mí epitafio quiero  que  diga así:

 

 Intento suicidarse pero no tuvo valor, tuvo esposa, hijos, nietos, trabajo y vivio hasta que la muerte lo sorprendió, “fue un hombre valiente”

 

Ese ascensor blanco resplandecía de tal manera que encandilaba, no dejando ver nada alrededor, lo único que pienso mientras subo, es  que deje los lentes de sol en el auto.

Ahí me doy cuenta y pienso ¿como llegue aquí?.

Si venia manejando apurado como siempre, pensando que el banco me cerraba que tenia que hacer ese deposito para no sobre girarme y de ahí tenia que  ir a ver a ese cliente, es importante cerrar esa venta aunque me tenga que quedar hasta tarde, mis tiempos no son los del cliente, casi seguro que tenga que cenar con él para cerrar el trato.

Si, sé que hoy es el la obra de teatro de mi hijo, pero el es pequeño, lo entenderá tal vez ya habrá otra, no es en el teatro Opera ni el Voljov, él como siempre me entenderá.

Aunque no puedo ir a una reunión con esta ropa, ¿cuando me puse esta bata blanca?

Me hace acordar a esas que veía dibujada cuando representaban Ángeles, ¿es que estaré muerto?

¿Será eso?, no, no puede ser ¿yo ángel? Estaré alucinando.

¿Y este hombre al lado mío?

Estaba tan absorto en mis pensamientos que no lo vi.

¿Que me mira?, tiene esa cara de idiota  enamorado, si esa misma, la que tenias a los quince años cuando te enamoraste por primera vez.

Esa misma sonrisa idiota que refleja tu cara, cuando tan solo con quince años, tu primer novia pone tu mano en sú teta y ahí sentís que tocas el cielo y sentís que sos eternamente feliz.

¿Será eso?

¿Habrá visto el cielo?

Tal vez es un ángel

¿Leerá mis pensamientos?

Mejor le hablo

¡Hola!, te diría buen día,  pero la verdad no tengo idea hace cuanto que estoy en este ascensor  y si es de día o es de noche.

El extraño esbozó una sonrisa y me responde:

-Soy  San Thiago, trabajo aquí, ahora baje a la tierra por pedido del Gran Jefe.

A mira que bien, espero que te paguen viáticos, con esto del I.R.P.F. y otros impuestos esta difícil si no te pagan  los gastos por viaje.

¿Y hace mucho que estas acá?

-Si, y me mude… al poco tiempo que Jesús subió, yo era uno de sus discípulos.

Pero yo no me acuerdo ningún discípulo Thiago.

- Es que yo te dije Santiago no Thiago.

¿No sos un Santo?

Las carcajadas de Santiago retumbaban por todo el ascensor, dejándome aturdido.

- Acá no hay Santos querido amigo mío, el único que se puede llamar así, solo quiere que lo llamen por el nombre.

- Tanto él como al Padre no lo llamamos como Santos, ¿entonces porque llamarnos así nosotros?

- Yo no soy un Santo, nosotros éramos personas normales, sin tantas vueltas como esa gente complicada que existe ahí abajo, que necesitan utilizar Ropa de Zara o una cartera Louis Vuitton para sentirse diferentes o grandes seres.

Fíjate si éramos normales, que mi hermano Pedro, un día  se calentó de tal manera con un Romano que venia a encarcelar a Jesús que le rebano una oreja.

-        Así que ahí tenes, hasta nos enojábamos, la diferencia era la entrega a nuestro Señor y sabíamos que el testimoniar llevaría la salvación a los Hombres.

 

 

- Y tú, ¿cual es tu historia?

 

Yo solo soy un tipo del montón no más que eso, aunque tenía una familia hermosa, ya no me importa eso de bajar la panza o cambiar el auto o comprar la casa de la playa.

Si solo tuviera cinco minutos para abrazar a mi pequeño.

 Poderle explicarle las cosas importantes de la vida, no esas por las que corro siempre.

Si pudiera ver un atardecer con él y que sienta que es lo más importante para mí.

Si pudiera ver los ojos nuevamente de mi compañera y decirle de una vez por todas que la amo y que estoy orgulloso del hijo que me dio.

Solo un tiempo para comer ese asadito con los viejos amigos, con la familia cercana, en fin con lo más importante de la vida.

 

En ese preciso momento Santiago aprieta el botón de emergencia del ascensor,  y ahí mismo se detiene, el sonido apabullante de la sirena sonando apenas me deja oír lo que tiene para decirme.

- mi misión esta cumplida, vete, tenes otra oportunidad, no la desperdicies.

El sonido de la sirena es más fuerte cada vez y entre una nebulosa escucho la voz de la paramédica que dice:

“regreso”

                                                                                                     GUSTAVO GARIN



Los dos sacos.

Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales, cargaba dos sacos, sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas.

Cuando al primero de ellos le preguntaron que había en sus sacos, el dijo: "Todo cuanto de bueno me han dado mis amigos se halla en el saco de atrás, ahí fuera de la vista, y al poco tiempo olvidado." El saco de enfrente contiene todas las cosas desagradables que me han acontecido y, en mi andar, me detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde todos los ángulos posibles. Me concentro en ellas y las estudio. Y dirijo todos mis sentimientos y pensamientos hacia ellas.

En consecuencia, como el primer hombre siempre se estaba deteniendo para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado, lo que lograba avanzar era muy poco.

Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, el respondió: "En el saco de enfrente están todas las buenas acciones que he hecho. Las llevo delante de mí y continuamente las saco y las exhibo para que todo mundo las vea. Mientras que el saco que llevo atrás, contiene todos mis errores. Los llevo con

migo a dondequiera que voy. Es mucho lo que pesan y no me permiten avanzar con rapidez, pero por alguna razón, no puedo desprenderme de ellos."

Al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, él contestó: "El saco que llevo al frente, está lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente, los actos bondadosos que han realizado y todo cuanto de bueno he tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno, pero no pesa mucho. Su peso es como las velas de un barco "lejos de ser una carga" me ayudan a avanzar. P

ero el saco que llevo a mis espaldas está vacío, pues le he hecho un gran orificio en el fondo. En ese saco, puse todo lo malo que escuché de los demás así como todo lo malo que a veces pienso acerca de mí mismo. Esas cosas se fueron saliendo por el agujero y se perdieron para siempre, de modo que ya no hay peso que me haga más penoso el trayecto."







El ave Fenix

"Lo bueno de caer hasta el fondo, es que desde ahi todo es subida"

A veces nos sentimos en el fondo del pozo por diferentes situaciones vividas, nuestra primera reaccion es, porque me pasa esto ? que hize yo?
porque no tengo tal trabajo, porque no tengo tal compañero o compañera o tal auto, etc.

La repuesta no esta en los porque sino en los para que

Para que tube que pasar por tal o cual situacion?
¿me sirvio para mi maduracion?
¿aprendi algo?
¿mejore mi ser interior?

Las repuestas esta en ti, desde abajo tenemos que ser como la fabula del ave Fenix, desde las cenizas resurguir no como antes, sino mejores con mas experiencias y ayudar a los que estan transitando por esa etapa a salir adelante.

                                         QUE TENGAS UN HERMOSO DIA
                                                           GUS


Acerca del Ave Fénix

Más conocido con el nombre de “ave fénix”, el Phoenicoperus -tal como la bautizaron los helénicos- es un ave mitológica oriunda de leyendas popularizadas en Medio Oriente, norte de África e India. Su tamaño es semejante al de un águila -con quien también comparte la fortaleza de sus garras y de su pico- y su plumaje varía entre las gamas del rojo, el amarillo y el naranja.

Según esta mitología, el Fénix habitaba el Jardín del Paraíso; su hogar era un rosal. Cuando la pareja primigenia (Eva y Adán) fue desterrada de allí por un ángel, de la espada de este ser angélico brotó una chispa que desató el incendio de su nido.

Sin embargo, por ser el Fénix el único ser que evitó comer la fruta prohibida, recibió un regalo sin precedentes: el don de la inmortalidad. Desde entonces, es capaz de renacer de sus propias cenizas. También se le atribuye otra habilidad: la de curar enfermedades o dolencias al sólo contacto con sus lágrimas.

El ave conocía el momento en que moriría… La víspera de su muerte, preparaba un lecho de hierbas olorosas, ponía un huevo -al que empollaba durante algunos días- y después se auto-incendiaba. La mitología no precisa si el pájaro comenzaba a arder accidentalmente o por efecto de su voluntad.

Después de quemarse por completo y convertirse en cenizas, el cascarón del huevo empollado se rompía para dar nacimiento al mismo Fénix. Esta ceremonia se cumplía sistemáticamente cada quinientos años... Según la iconografía del Cristianismo, esta benéfica criatura es un símbolo de la resurrección: encarna a Cristo Jesús.

De acuerdo con la mitología de China, tenía cuerpo de pez, cuello de serpiente y patas de tortuga.

En sentido amplio, esta criatura mitológica es un símbolo del resurgimiento espiritual y físico, de la pureza y la inmortalidad. La potencia interior de esta ave se hace evidente al renacer de sus escombros.



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